jueves, 1 de marzo de 2007

¿LA VERDAD?

¿Es la verdad una herencia que se transmite de generación a generación? O… ¿es la verdad un tesoro que se debe salir a buscar?, ¿Dónde esta la verdad?, ¿En el lenguaje, en el pensamiento, en el ser, en la cosa?, es mas, ¿esta la verdad en algún lado? Y... si está ella en algún lado o si dada la casualidad existe ¿puede alguien acceder a ella?, también quisiéramos saber algo indispensable, tiene que ver con un aspecto relevante en esta discusión, se refiere a ¿qué es la verdad?, pues discutir acerca de algo que ni siquiera sabemos que es, podría calificarse como un absurdo o como una tarea sin sentido. Es tal y como lo expresa Sócrates: “no podemos preguntar de algo que ya sabemos, por que eso no estaríamos buscando la verdad, pero tampoco podemos preguntar por algo de lo que no sabemos, pues no sabríamos por donde comenzar a buscar la verdad”. De nuevo entonces me permito hacer la pregunta ¿que es la verdad?

Responder a estos interrogantes ciertamente no es una tarea sencilla, ni mucho menos un discurso acerca del cual se haya dicho todo, es por el contrario un debate que nos ocupa desde tiempos antiguos y que en la modernidad se ha intensificado, aun mas complejo se hace responder a todos estos cuestionamientos cuando los miramos desde el punto de vista religioso (pero de lo religioso nos ocuparemos luego, por ahora basta con enunciar el problema).

No nos apartemos, volvamos sobre las preguntas con la que se dio inicio a este escrito y acerquemos posibles respuestas para algunas de ellas, y digo algunas por que no es el propósito del presente texto responder a todas, por el contrario, su objetivo es llevarnos a la reflexión sobre dichos aspectos.

Dos son los aspectos principales a los que prestaremos atención, a saber; el concepto de verdad o aquella forma como definimos lo que es verdad, y la verdad como herencia transmitida o tesoro encontrado.
Permítame repetirle y ser enfático ¿que es la verdad? Al intentar una respuesta a este PROBLEMA, debe hacerse una anotación previa, referente a los discursos esencialistas en los que a veces incurren las definiciones, pues al abordar esta travesía, se corre el peligro de caer en lo que Josef Simon denomina un “regresus ad infinitum”, que no es otra cosa que dar vueltas sobre un escepticismo exagerado y sin futuro. Por otro lado, la definición de verdad nos presenta un sin fin de aporias que nos hacen divagar en un laberinto que parece no tener salida ¿cómo pues lograremos salir de él? ¿Propondremos solamente la aporia y nos quedaremos perplejos ante su dificultad o también buscaremos una salida práctica para la misma? Son estos los principales ejes referentes en la definición de verdad y son los primeros obstáculos que se deben atravesar para encarar una definición que nos satisfaga y que abarque los aspectos necesarios. Ahora bien ¿por qué prestar tanta importancia a una definición? Por la sencilla razón de que “la verdad esta vinculada a la expresión lingüística” y que es el lenguaje lo que configura la existencia del ser humano y da razón de la cognición del mismo, llegando así a la necesidad de una expresión semántica de verdad.

Hay variadas categorías filosóficas de verdad, todas ellas con extensa argumentación a favor de y en contra de, pero hay dos de especial importancia para esta ocasión: 1) el concepto de verdad como correspondencia, y 2) el concepto de verdad revelada.

La verdad como correspondencia expresa que algo es verdad cuando hay correspondencia entre lo que se sabe de la cosa y la cosa misma, así por ejemplo; la aseveración “la nieve es blanca”, es cierta si (y solo si) la nieve es blanca, de lo contrario esta afirmación es falsa. Es alentadora esta posición pero a ella se le pueden plantear las aporias de las que advertíamos arriba, por ejemplo, ¿quien nos enseño del blanco? ¿Qué es la nieve?, además de los posibles problemas científicos respecto de los colores, así entonces la correspondencia debe ser puesta en consideración ¿podemos conocer lo que es la verdad por medio de la correspondencia entre la cosa y el conocimiento?

Por otro lado esta la verdad revelada, que puede ser metafísica (teológica) o empirista. Básicamente se dice de ella que llega al ser, bien sea por experiencias anteriores o por aspectos trascendentes, sea cual sea el caso, el problema lo encontraríamos en la subjetividad de las percepciones del sujeto que ha sido objeto de dicha revelación. Así entonces debemos poner en consideración este concepto de verdad.

Pero hay una dificultad más y es que lo anterior solamente expresa como acceder a la verdad, pero no dice su significado, por eso la pregunta sigue aun vigente: ¿qué es la verdad?

Para terminar, permítame hablar sobre si la verdad se busca o se recibe por herencia. Para el helenismo, la verdad era un ejercicio que se hacia atrás, es decir, que se podía acceder a ella por medio de reminiscencias, en este sentido la verdad era una herencia, pero en la concepción moderna, es un movimiento hacia delante, es algo que se consigue en la marcha, en el camino, en medio de la travesía, es decir, algo que se busca y por lo cual se lucha.

Teniendo en cuenta estos dos enfoques se puede abrir otra reflexión más o menos como sigue: el cristianismo es una religión antigua y de tradición, que nos ha transmitido una verdad a través de la misma tradición, y en general, las grandes religiones del mundo han transmitido su verdad. ¿Nos quedaremos con esa herencia que ha venido a través de otros o saldremos en busca de ese tesoro, es decir de esa verdad cristiana?, ¿qué hay de la Biblia, del Corán y los escritos sagrados de otros pueblos?, ellos son tradición ¿creeremos a su verdad?............




Javier Mauricio Pérez.

1 comentario:

Unknown dijo...

Es cierto, si no puedo afirmar que los mismos escritos científicos de antaño o ahora mismo (con aquello de la manipulación de medios) tienen la verdad... tampoco he de decir que un libro "sagrado" ha de tenerla. Sin embargo, la mayoría tienen hombres interesados en encontrarla por sus medios y que querían lograr una explicación del sentido religioso humano desde donde podían entenderlo y más en cuanto podían... Todo eso me resulta interesante.

Por otro lado, no creo personalmente que el lenguaje sea la única manera, pero, si la más efectiva para que el hombre genere procesos cognitivos. Total, dudosamente podrás transmitir todo lo que intentas comunicar sin el lenguaje, pero no estoy de acuerdo con darle todo el crédito de la construcción del pensamiento humano.