jueves, 6 de septiembre de 2007

¡HOY QUIERO SER SATANAS!


No se asuste mi querido amigo ortodoxo, no me condene todavía por querer ser Satanás. Un momento, no deje de leer, no voy a decir una herejía (bueno eso espero).

Creo que no solo es valioso, sino también necesario rescatar la figura de Satanás para los creyentes y en este caso para los estudiantes (o teólogos), pues durante siglos hemos conocido a Satanás como el que “acusa a los creyentes por su pecado”, “el que los tienta a desobedecer” “el que lucha en contra de dios”, y todo eso es precisamente lo que yo quiero hacer por medio de este corto articulo y aun, eso es lo que quiero hacer el resto de mi vida: Ser Satanás.
Creo que muchas veces a los creyentes no nos gusta la figura de Satanás simplemente por que nos hace salir de la comodidad, por que nos obliga a dar de nosotros mas de lo que queremos dar y en muchas ocasiones la religión perpetra esa laxa forma de vivir. Satanás representa para el cristiano la oposición y es la piedra en el zapato para muchos creyentes y pastores, por eso hoy quiero ser Satanás, por que quiero acusar a las personas (no solo a los creyentes), quiero tentarlos a desobedecer y quiero luchar en contra de dios ( o de los dioses).

Hoy quiero ser adversario, quiero acusar por que estoy muy molesto, estoy molesto con la religión que predicamos, hoy estoy de acuerdo con Marx cuando decía que “la religión es el opio del pueblo”, por que nos adormece, nos droga y nos hace olvidar de la realidad, nos lleva a pensar en un mas allá haciendo caso omiso del mas acá. Y ¿saben que es lo peor?, que nosotros somos los jíbaros[1]. La religión que predicamos (o distribuimos) tranquiliza, castra, hace daño, pero además genera guerras y desacuerdos peores que los que generó el opio durante la época mas sangrienta de la mafia que luchaba por él. Basta ya de adormecer al pueblo con un discurso que tranquiliza y adormece, discurso que no se parece en nada a lo que predicaba mi verdadero maestro: Jesús. Él siempre origino revolución a favor del pueblo, siempre llevó a la gente a la búsqueda de una verdadera identidad propia y al encuentro del verdadero evangelio, que resaltaba la individualidad del ser y la capacidad que el mismo tiene de ser ente autónomo. Por eso hoy lo acuso a usted y me acuso a mí por alienar a las personas y por drogarlas con un evangelio extra-terrestre.

Hoy quiero ser Satanás por que quiero tentarlos a desobedecer y a luchar en contra de dios. Puesto que la religión a la que estamos acostumbrados es el opio que nos tranquiliza, es obvio que seamos obedientes a todo lo que ese dios llamado sistema no ordena hacer. La sociedad en la que nos desenvolvemos es totalmente capitalista y excluyente y una vez mas nuestra teología perpetra dicha exclusión y contribuye a la opresión. Digo esto por que el sistema se ha convertido en un dios para nosotros, al que le respondemos amen a todo lo que nos dice, estamos conformes con la opresión política en la que vivimos, siempre y cuando no nos toque a nosotros todo esta bien, por eso hoy los tiento a desobedecer al sistema, a ir mas allá de lo que esta delante de nuestras narices, a generar revolución pacifica con la palabra, y a luchar contra dios, si contra ese dios que no nos deja ser libres y que nos tiene como entes inertes que no piensan ni actúan.

De modo que los invito a todos ustedes a ser el Satanás de la sociedad y de la religión, educando a todos los que podamos por una mente critica, reflexiva y constructiva y no solo a ser receptores y espectadores de la barbarie a la que esta sometida nuestra sociedad.

Javier Mauricio Pérez

[1] Jíbaro es aquel que vende la droga, el que se encarga de distribuir las sustancias psicoactivas.