jueves, 2 de agosto de 2007

Este soy yo. para que sepan quien es el que escribe

LAS RELIGIONES Y SU PRETENSION DE VERDAD

Sobre la pertinencia de la discusión acerca de la verdad.

La pertinencia de la discusión sobre la configuración religiosa de la verdad (desde Latinoamérica) puede verse minimizada por las tendencias actuales de nuestra teología hacia lo social o por la situación misma de nuestro contexto, a saber, un continente en el que predomina la pobreza, las necesidades insatisfechas y la violencia. Desde este punto de vista puede perder importancia una investigación de este tipo, pues al parecer no suple las necesidades de Latinoamérica y por el contrario es introducirse en discusiones que no tendrán una relevancia practica, ni mucho menos acercará posibles respuestas a los problemas de índole semejante a los que se han enunciado. Así entonces, se podría concluir que no es pertinente escribir y mucho menos leer sobre la forma como la religiosidad humana concibe la verdad y como la misma lo lleva a una configuración de su praxis cultual.
A mi juicio, el simple hecho de pensar o decir que la discusión sobre la verdad no es pertinente para nuestra realidad histórica, expresa la ignorancia respecto de lo que realmente significa escribir sobre la verdad, pues las implicaciones de la misma sobre el ejercicio teológico son vastas y aunque no parezca, lo es en gran medida para la realidad actual de Latinoamérica y el mundo en general. Ahora bien, ¿Por qué afirmar esto con tanta vehemencia?, pues bien las implicaciones son amplias, pero aquí expongo algunas de ellas:

Lo que implica la discusión sobre la verdad.

Las implicaciones que tiene el problema de la verdad y las pretensiones de su posesión por las religiones se pueden ver en dos aspectos: Misionologico y social[1]. A continuación los expongo detalladamente.

Como primera medida, deseo abordar la implicación misionologica, pues en los últimos años[2] se ha puesto la mirada en los Latinoamericanos como foco principal para llevar a cabo las misiones en el mundo entero. Ante tal evento debe considerarse la posición a tomar respecto de las otras religiones (teniendo en cuenta tanto las grandes religiones institucionales como las primitivas religiones indígenas), pues la forma de acceder a ellas va a estar muy condicionada por la posición que el misionero lleve acerca de la verdad que inscribe su religión, pues puede haber tres opciones: la primera, que es la más común en América Latina, puede ser considerar la otra religión como una farsa y por tal razón atropellar, la segunda es tener en cuenta como la religiosidad de dicho pueblo ha configurado su propia verdad y así realizar su trabajo misionero con sumo cuidado y respeto y la tercera es no realizar trabajo misionero, pues si se considera que esa religión tiene el mismo grado de validez que el cristianismo, no hay razón de ser de las misiones. ¿Qué posición adoptaremos entonces? ¿Los otros están totalmente equivocados y debemos llevarles la verdad o ya la tienen y por eso no haremos misiones?. Esa es una pregunta que debe hacerse todo teólogo y en este caso todo misionero Latinoamericano que se dedique a dicha labor, pero no es una pregunta que deba quedar en el campo de las ideas, antes bien, requiere de respuesta inmediata.

La segunda implicación se enfoca hacia el movimiento ecuménico que ha venido tomando fuerza y que por cierto se enfoca específicamente en el trabajo social (que es una de las cuestiones a las que más atención se le presta en la teología latinoamericana. La mención que se hace del trabajo ecuménico que se viene desarrollando es fundamental, puesto que es la unión de esfuerzos desde diferentes religiones, órdenes y/o denominaciones por la causa social, dejando a un lado las diferencias confesionales y enfocándose en las necesidades del pueblo. Es lastimoso que aun haya grupos religiosos que se resisten a hacer parte de esta estrategia, pues consideran (dentro de su exclusivismo religioso) que son los únicos que poseen la verdad y desde ahí se configura una actitud de rechazo hacia la unión de esfuerzos por el trabajo que se tiene en común y aun por las personas que no hacen parte de su movimiento religioso[3], llegando así a una labor individual y egoísta, que podría también calificarse como imperialista.



Siguiendo con las implicaciones sociales de esta discusión, es pertinente nombrar dos fenómenos que afectan la totalidad del mundo. Los fenómenos de los que hablo son la globalización y el encuentro entre religiones, que se viene dando como consecuencia de la inmigración (que de hecho es impulsada por la globalización. Es bien sabido que vivimos en un mundo en el que casi no existen las fronteras y que, como alguien lo ha expresado; “el mundo cada vez mas se asemeja a una pequeña aldea”, aldea en la que existe una amplia variedad de creencias (religiones), en la que todos estamos cerca de todos. Harold Coward se expresa al respecto diciendo que:

Por primera vez en la historia registrada parece que nos estamos convirtiendo rápidamente en una verdadera comunidad global. Hoy, Occidente ya no esta cerrado sobre sí mismo. Ya no puede mirarse como el centro histórico y cultural del mundo, ni como el poseedor de una religión que es la única manera valida de rendir culto. Lo mismo cabe decir de Oriente. Hoy todo el mundo es el vecino de al lado y el vecino espiritual de todo el mundo”[4]

Es claro que la globalización ha llevado a las culturas y religiones del mundo a un encuentro y no solo a través de los medio de comunicación, sino también a través de la inmigración de las personas hacia los países del “primer mundo” en búsqueda de oportunidades económicas y es así como se ha producido un encuentro de culturas y religiones en el mundo.

Todo esto para decir que el problema de las religiones y la verdad es un tema que requiere de respuestas y de análisis profundo por parte de nuestra sociedad Latina, pues todos estamos expuestos a esta situación, que en ocasiones ha generado amplios conflictos sociales entre “los unos y los otros”. De modo que, emprendamos ahora si, nuestra discusión.

El relativismo como salida al problema de la verdad.


A la hora de hablar acerca de la verdad, pueden asumirse básicamente dos posiciones: relativismo y absolutismo. Ambas representan extremos que se han asumido a lo largo de la discusión acerca de las religiones y la verdad, cada una de ellas con un auge en determinadas épocas del tiempo y aun localizadas en sectores geográficos. Así por ejemplo, la actitud absolutista tuvo gran auge durante la edad media, que se caracterizó por el excesivo dogmatismo tanto en la vida política como en la vida religiosa, pero en la actualidad no tiene tanta fuerza, por tal razón no se hará un examen detallado del mismo, basta con nombrarlo.

Por otro lado se encuentra el relativismo, que es la actitud predominante en el mundo contemporáneo. Él se erige delante de nosotros como la salida al problema de la verdad ante la búsqueda incesante del ser por responder a este interrogante. Hablando acerca de esta tema, se pronuncia el doctor Ratzinger como sigue: “el fracaso del sistema único para la solución de los problemas humanos, fundamentado científicamente, no pudo menos de fomentar el nihilismo o, en todo caso el relativismo total”[5], al formular esta expresión, el doctor Ratzinger, se estaba refiriendo a la caída que habían tenido las filosofía marxistas y por ende la teología de la liberación. Tomando así la primera posición en ideologías: el relativismo. Por razón de lo anterior se hace necesaria la revisión de esta posición ante la verdad, que se presenta de diversas maneras. Puede citarse a Francisco Conesa quien se expresa diciendo que “una de las tentaciones más palpables cuando se piensa en la diversidad de religiones del mundo es la del relativismo...este relativismo se puede presentar de diversas maneras...relativismo cultural...relativismo epistemológico... (Y)...relativismo teológico.”[6] Revisemos pues estas posibilidades ante la verdad, no sin antes hacer una advertencia respecto de la actitud ante el mismo; Debe quedar claro que aquí no se rechaza esta alternativa como falsa, pero tampoco se le concede la razón, eso solo se dirá mas adelante, por ahora extiendo la invitación a la mente critica y dispuesta a la búsqueda de un criterio aceptable. Para lo cual será necesario definir lo que se entenderá aquí como religión y relativismo.



Religión: Hay conceptos difíciles de definir, entre ellos se encuentra la palabra religión, pues la cantidad de definiciones que existen es demasiado amplia, cada una de ellas hecha desde las diferentes disciplinas que la estudian, tales como la psicología de la religión, la historia de las religiones, sociología de la religión, etc. Cada disciplina elabora su definición de acuerdo a su interés y metodología; así por ejemplo, los teóricos como Durkheim (Sociólogo) conceptualizan la religión como “un sistema solidario de creencias...y practicas que unen en la misma comunidad moral, llamada iglesia, a todos los que se adhieren a ella”[7]. Y de esta forma los psicólogos lo sitúan en la cognición o en aspectos psíquicos de dependencia. De modo que no hay consenso respecto de lo que es la religión. Por otro lado, entre los filósofos de la religión tampoco hay acuerdo, pues todos la definen desde su énfasis. Aun más se dificulta hacer una definición, cuando uno se encuentra con el Budismo, ya que es una religión sin Dios, pues la mayoría de definiciones hacen referencia a seres metaempiricos, seres ontologicamente superiores, Dioses, lo divino, etc. ¿cómo pues vamos a entender religión en este escrito, si consideramos que el budismo es una religión?. Para poder hacer una definición inclusiva debe entenderse religión aquí como la forma en que determinado pueblo o grupo de personas asume, entiende, conceptualiza y se relaciona con lo trascendente, bien sea un Dios, un ser superior, un ser “metaempirico” o el dharma (en el caso de los budistas.

Relativismo: una vez se ha aclarado lo se va a entender aquí como religión, solo resta hacer una corta definición de relativismo. Esta palabra no es tan compleja de definir, aunque si implica otros aspectos como el subjetivismo, las percepciones y el escepticismo, pero debido a que dichos conceptos no ocupan un lugar central en este momento, los dejaremos para otra oportunidad. Por tanto, lo que debe entenderse aquí como “todo sistema de pensamiento que afirma que no existen verdades universalmente validas, ya que toda afirmación depende de condiciones o contextos de la persona o grupo que la afirma”[8]. Este concepto de relativismo será el que guíe la argumentación durante todo este texto.

Una vez hechas las aclaraciones pertinentes, se puede proseguir en la profundización sobre el relativismo como salida al problema de la verdad, para posteriormente postular una respuesta al problema de las religiones y su pretensión de verdad.

Relativismo cultural
Desde esta posición se da total importancia a la cultura, pues se le muestra como la realidad ultima que configura la vida de las personas, de esta forma, la religión es una expresión mas de la cultura. De la moral que un pueblo determinado ha construido se puede derivar la ética religiosa del mismo, así puede decirse que “la religión es un subproducto de la cultura”[9]. Cabe anotar también que la historia de las religiones (en variadas ocasiones) tiene una fuerte inclinación por este enfoque, pues logra demostrar como la evolución de la cultura de determinado pueblo ha llevado de la mano la evolución de la verdad religiosa del mismo. Tal es el caso de los hebreos, quienes fueron adoptando practicas culticas y fueron configurando una verdad religiosa con el paso del tiempo y el contacto con otras culturas, pasando por un politeísmo (culturas en las que se dio desarrollo la religión de Abraham), evolucionando a un henoteísmo (contacto con los egipcios y la figura del Faraón como mandatario entre otros) para terminar en un monoteísmo. En ese sentido también pueden citarse aquellas religiones indígenas cuya adoración esta dirigida hacia los astros o hacia la tierra, pues culturalmente se puede notar la importancia de los mismos en cuestiones como la agricultura, las estaciones, etc. En general aquello que afecta la totalidad de la vida. Asimismo parece demostrarse como la cultura configura la religión y esto conlleva a la configuración de la verdad desde un punto de vista absolutamente cultural. Así entonces podríamos afirmar que la cultura configura la religión y esta a su vez se configura como la verdad. ¿Qué podemos responder a esta posición? Lo que se podría decir al respecto es una afirmación y a la vez una negación de esta posibilidad, es decir, buscar un equilibrio entre la influencia de la cultura en la configuración de la religión y por tanto en la configuración de la verdad. Si bien es cierto que la cultura juega un papel decisivo en el comportamiento y estructura de una sociedad, también debe prestarse atención a la individualidad y a las experiencias metafísicas personales, además de ello, hay un factor importante que tiene que ver con el sincretismo de las culturas, es decir, como ellas se han ido formando en la unión con otras culturas y las mismas no han salido de la nada (difusionismo. Ante lo cual pregunto: ¿puede la religión de dicha cultura ser también un sincretismo?, así entonces no puede hacerse del relativismo cultural, un absoluto de verdad.

Relativismo epistemológico
La crisis de la modernidad, que en algunos círculos se ha dado a conocer como posmodernidad ha traído algunas tendencias un poco contrarias a lo que la era de la razón afirmó en un momento dado. Si bien la entrada de la modernidad trajo consigo la posibilidad de acceder a la verdad por medio de la razón, la lógica y las matemáticas; la posmodernidad se ha inclinado por algo adverso y ese algo es la negación a la posibilidad de un acceso a la verdad de modo generalizado, mas bien ha optado por el conocimiento de lo verdadero para cada persona, lo que se ha convertido en un escepticismo o en un relativismo epistemológico. Entre los representantes más destacados de estas posiciones podemos encontrar a Friederich Nietzsche y a Immanuel Kant. Para el presente estudio se toman la diferenciación de Kant en el phainomenon y el nooumenon[10]. El significado de estos términos tiene que ver con los objetos dados a la intuición, es decir que son inteligibles y por tanto perceptibles (fenómeno), por el contrario el noúmeno, es un ente no sensible, o sea que no es captado por las percepciones, así entonces lo que percibimos no es el noúmeno sino el fenómeno y la comprensión de ese fenómeno esta condicionada por nuestras percepciones, es decir “nunca podemos ver la realidad en si misma, sino únicamente su manifestación en nuestra manera de percepción, a través de diversas lentes. Todo lo percibido por nosotros no es la genuina realidad, tal como ella es en si misma, sino un reflejo suyo según nuestras medidas”[11], es de esta forma que Kant afirma que “Nunca podremos demostrar la posibilidad de una cosa partiendo de intuiciones no sensibles”[12], pues lo que conocemos es el fenómeno y no el noúmeno y el fenómeno esta condicionado por nuestras percepciones que son absolutamente subjetivas.

Como podrá notarse esta posibilidad tiene gran validez como solución al problema de la verdad, pues cada uno de los que configuramos una verdad religiosa, debemos asumir con humildad que no tenemos el acceso total a ella y por tanto es imperativo dar algo de validez a la configuración de otras verdadera religiosas como VERDADERAS, no simplemente cerrar la posibilidad y hacer de nuestra construcción de la verdad un absoluto, pues el fenómeno religioso que se nos ha manifestado es propio y no podemos hacer de él un elemento generalizado para todos, pues los otros también han tenido sus propias experiencias y concepción del fenómeno religioso, pero tampoco podemos hacer del relativismo un absoluto.

Relativismo teológico

Lo que se ha expresado hasta aquí respecto del relativismo (cultural y epistemológico) sirve como la introducción a lo que expresa el R teológico. El relativista teológico cree que ninguna religión tiene la verdad absoluta, por el contrario todas tienen un poco de la verdad de Dios pero ninguna la posee por completo, por tanto ninguna puede pretender ser absoluta ni única. Lo que se dice básicamente es de carácter soteriologico: la salvación puede obtenerse a través de la religión que el individuo practica, no necesariamente a través de una especifica, pues cada una de las religiones que existe, sean primitivas o una de las grandes religiones institucionales tiene carácter salvifico, ya que la revelación de Dios no se ha limitado a una sola y mucho menos puede decirse que hay religiones falsas o verdaderas o que haya una verdadera y el resto sean falsas . A esta escuela también se le conoce con el nombre de pluralismo y/o universalismo de las religiones[13]. “el pluralismo rompe claramente con la creencia de que la salvación procede únicamente de Cristo, y de que a Cristo le pertenece su iglesia. la posición pluralista opina que el pluralismo de las religiones fue querido por Dios mismo, y que todas ellas son caminos de salvación, o por lo menos pueden serlo asignándole a Cristo concretamente un puesto destacado, pero no precisamente exclusivo”[14]. El pluralismo tiene su fundamento en dos elementos; uno de ellos ya se ha nombrado con anterioridad. Es la distinción entre el noumeno y fenómeno (de la cual no se dirá mas pues ya fue explicada) y la segunda abarca la diferenciación entre el logos universal y el logos encarnado (que se identifica con el Jesús histórico). Los universalistas parten del argumento de que el logos como universal ha sido revelado a todas las culturas y a todas las personas, de modo tal que cada una de las religiones ha tenido acceso a ese logos universal. Esta idea fue presentada de manera detallada por los padres apostólicos (como Ireneo, Clemente de Alejandría, etc.), pues durante la época que estos personajes hicieron su defensa teológica, la filosofía griega, en especial helenística[15] tenia una fuerza que no pudo obviarse a la hora de hablar de religiones, fe y salvación entre los primeros cristianos. Pero en la actualidad es sostenida de manera detallada por sacerdote católico J Dupouis.

Aunque no pretendo ahondar en la doctrina del logos, si creo necesario hacer algunas menciones que pueden servir como apoyo para esclarecer el pluralismo. Es bien sabido que el primer filosofo en hablar del logos fue Heráclito, para quien el logos era “el eterno principio del orden en el universo en medio del cambio constante”[17], también los estoicos hablaron de el concepto de logos, para ellos el logos fue es un principio universal que “todo lo gobierna, y del que participan todos los hombres”[18], también fue usada esta figura por Filón de Alejandría y hasta por los gnósticos. Por ultimo es uno de los autores bíblicos quien usa el concepto logos para hablar de la palabra de Dios e identificar a Cristo con ese logos. es por eso que los padres apostólicos usaron posteriormente esta idea para presentar una doctrina en la que la “semilla del logos” estaría presente en la filosofía griega, pues a ellos también había sido revelada.

Como se ha notado, la posibilidad de que Dios se halle manifiesto en diferentes religiones y creencias, tiene un fundamento filosofico-teológico que conlleva una amplia posibilidad a la veracidad de todas las religiones existentes. Pero permítame elaborar un poco mas la idea de Dios, su revelación, las religiones, la verdad y todos los problemas que suscita la afirmación anterior, pues si Dios se ha revelado a todas las religiones ¿por qué es que todas ellas son diferentes? o ¿por qué sus escritos sagrados tienen detalles tan propios y divergentes los unos con los otros?

¿Tienen todas las religiones la verdad?

Hay algunas consideraciones pertinentes para el tema en cuestión que pueden ser de gran importancia para arrojar luz sobre este problema.

Hasta este momento se ha introducido la posibilidad de que todas las religiones posean la revelación de Dios y por tanto posean la verdad, pero hay ciertas dificultades que emergen ante este hecho posible y que no pueden ser obviadas, por tanto habrá que dar respuesta, postulando una salida a este problema de la verdad y las religiones del mundo.

- la filosofía y la fenomenología de la religión han encontrado un elemento común en todas las religiones, ese elemento es el mito. ahora bien, no debe entenderse mito con la carga de mentira que tiene en la actualidad, sino como forma semántica que los pueblos y culturas emplean para estructurar y dar cuenta de sus creencias acerca del origen del kosmos y del hombre. Por medio del mito (que es la expresión mas simple de religión) el ser humano “ha llegado a ilustrar o esclarecer el misterio, la incógnita de su propia naturaleza en el mundo a través del contenido de narraciones, relatos y leyendas legendarias que se han ido transmitiendo colectivamente, de generación en generación”[19] y a partir de las cuales se ha generado la religión y la moral de los pueblos. Como se dijo anteriormente, todas y cada una de las religiones poseen mitos dentro de su estructura, pues todas tienen una doctrina de la creación del mundo, del hombre, etc. “el mito debe entenderse como un fenómeno o hecho cultural, como palabra, como una palabra que es reveladora y epifanica, puesto que comunica un mensaje, y no una mera fabulación fantástica”[20]. Ante lo que se viene diciendo pueden nombrarse algunos ejemplos de mitos: El poema Bíblico de la creación, el Enuma Elish, el mito navajo de la creación, lo mitos quimbayas del origen del mundo, etc. todos ellos apuntan a una sola realidad y es que el mundo surge a manos de alguien exterior a lo meramente inteligible, es mas, puede decirse que tienen muchos elementos en común todos estos mitos, sin embargo las divergencias entre ellos son mayores, es decir, todos narran de una manera totalmente diferente el hecho sucedido; todos cuentan su propia verdad y es de esta forma como sucede después de que las religiones van evolucionando. El mito se comienza a transmitir y se convierte en una creencia, esta creencia se convierte en un dogma y ese dogma después llegará a ser un escrito sagrado, pero es aquí donde emerge el problema siguiente: si todas las religiones tienen la verdad y si Dios se ha revelado a todos por igual ¿como es que los mitos de cada una de las culturas y religiones son tan diferentes? ¿por qué narran acontecimientos tan divergentes los unos de los otros? ¿no es esto una muestra de que debe haber uno verdadero y otros falsos? ¿cual es el verdadero? ¿creó Dios el mundo con su palabra o emergió desde lo profundo de la tierra y llegó a ser a medida que salió a la superficie[21]? ¿cuál de todas las religiones tiene la verdad si todas son tan diferentes?.

a lo cual respondo TODAS, si todas tienen la verdad, pero ¿cómo se puede conciliar esto si todas son tan diferentes?.

permítame un poco de demencia teológica en lo que voy a decir a continuación, pues es la forma como creo se puede dar este hecho, es decir, lo que viene a continuación es la explicación de cómo todas las religiones pueden tener la razón (la verdad) y ser diferentes, tener lo mismo en esencia, pero contradecirse a la vez.

Una Deidad creadora, un hombre que se pregunta, un Dios que se revela y un pueblo que lo explica.

Para la exposición que sigue a continuación tomare prestados algunos conceptos y términos de la antropología cultural, la filosofía de la religión, la teología sistemática y la teología bíblica.

Lo que deseo proponer es mas o menos como sigue: como se ha notado en el titulo del presente apartado, hay algunos elementos que entran en juego: un ser metafísico o Deidad, a la cual no la identificaremos con el Dios de ninguna de las religiones o mas bien con todas; se le podría llamar Dios, eterno, creador, Uno, Absoluto, trascendente, ser supremo, etc.[22] ese ser supremo ha creado el kosmos, el hombre y todo lo que en él hay. La divinidad en mención creó al hombre y lo dotó de cualidades racionales, emocionales y espirituales.
El segundo elemento ya se ha introducido: la creación. Esta creación incluye al kosmos (todo lo material) y al hombre (que es en esencia un homo religiosus). El ser humano desde que tuvo conciencia de su inteligencia y se supo ente racional, tuvo preguntas, cuestionamientos como: ¿de donde salió esto que veo (el mundo)? ¿cómo llegue hasta aquí? ¿por qué o para que estoy yo aquí? ¿dónde terminare?, todas las preguntas referentes a su origen, su identidad y su devenir. Este cuestionarse perteneció al orden de lo existencial y requerio de respuestas, si estas preguntas las clasificásemos dentro de categorías teológicas actuales, los podríamos llamar la preocupación ultima (hablando en términos de Tillich), pues pertenecen al campo de lo existencial y de no darse solución a ello el hombre no estaría en paz o completo.

Es en este punto en donde debe considerarse la función del ser supremo, pues este ser trascendente se ha revelado al hombre a través de su conciencia, ha puesto un “germen espiritual” en el mismo que denuncia la existencia de si, a este respecto el historiador de las religiones Mircea Eliade ha hecho un gran aporte pues logra demostrar que lo sagrado “no es un momento de la historia de la conciencia, sino un elemento de la estructura de la conciencia”[23], es decir, el ser humano de por si es un pensador religioso, en búsqueda de lo trascendente y sagrado, lo que permite concluir que esa búsqueda no ha nacido solamente en el hombre mismo sino en la divinidad que lo ha creado.

En este punto ya he hablado de la revelación, concepto que debe entenderse como la manifestación de la deidad al hombre, una irrupción de los trascendente en la conciencia del ser (pues en este trabajo la revelación se conceptualiza como tal solo en la conciencia del ser).

Es en esa dialéctica entre el hombre, sus preguntas y el Dios que se revela en la conciencia que surge el mito. Para explicar mejor esto, tomaré las categorías de revelación formuladas por la teología sistemática: “revelación general y revelación especial”. Generalmente se dice que la revelación general no es tan precisa como la revelación especial y por tanto no es tan eficaz, de ahí que se presta más atención a la “revelación especial o especifica” (que desde el cristianismo es la Biblia y Jesús). Pero el punto al que quiero llegar formula algo totalmente contrario. en esta monografía entiéndase revelación general o natural como el acto del ser supremo del que he venido hablando, por medio del cual pone una idea espiritual en el ser humano que le permite interactuar con él y por medio del cual se da una koinonia trascendente-humana. Es esta revelación natural la que hace que todas y cada una de las religiones tengan la verdad dentro de su sistema, pues Dios se ha revelado de manera eficaz a todos.

Es con esta revelación natural (general), las preguntas y la cultura, que el hombre se elabora un mito para dar respuesta a todos los interrogantes que lo ocupan, este mito aquí lo identifico con lo que se ha dado a conocer como la revelación especial (que es lo que hace distintas a todas las religiones). Este mito que se elabora cada religión esta influenciado por la cultura, las experiencias vividas y un sin fin de factores que hacen de cada uno de ellos algo original y distinto. Este mito es para cada pueblo normativo e inspirador de verdad. Para el judaísmo; la Torah, para el Cristianismo; la Biblia, para el islamismo; el Coran, para el Hinduismo; los Vedas y así sucesivamente para cada una de las expresiones simbólicas por medio de las cuales el pueblo de Dios lo ha explicado y es por eso que cada religión es tan diferente pero todas poseen el mismo carácter de verdad, es por eso que sus mitos son tan diferentes en detalles, pero tan similares en esencia. Así entonces lo mas importante no es la “revelación especial” sino la “revelación natural” que nos garantiza la presencia de Dios en todos.

Como ultima palabra, quisiera tomar el rumbo de Rudolf Bultmann ante los escritos sagrados (o mito como se les ha llamado aquí). La posición del teólogo alemán puede ser muy útil para este momento, pues él propone la desmitologización[24] para pasar de los detalles al kerigma. Eso está en amplia consonancia con lo que se ha planteado aquí, pues ya que los mitos esta llenos de detalles, no debe prestarse atención a ellos, sino al kerygma o esencia que ellos transmiten. De esta manera se encuentra la congruencia de la verdad presente en todas las religiones y se eliminan o por lo menos se reducen al mínimo sus divergencias.

Para concluir con lo que inicie, a saber; la búsqueda de un dialogo ecuménico que permita el fortalecimiento la sociedad y el mundo, cito la propuesta de teólogo suizo Hans Kung como invitación al dialogo llevado de la mano con la firmeza:
Para compaginar firmeza y apertura al dialogo, hay que comenzar por el diseño de una posición ecuménica:

- No fomentar un indiferentismo que todo lo equipara, pero si una mayor indiferencia frente a las pretendidas ortodoxias que se constituyen a si mismas en medida de la salvación y la ruina del hombre, imponiendo su verdad con métodos de violencia y coacción.
- No impulsar un relativismo que rechaza todo lo absoluto, pero si una relatividad frente a todas las absolutizaciones humanas que impiden una fructífera coexistencia entre las diversas religiones, y también una racionalidad que permita contemplar a cada religión en su propio contexto referencial.
- No admitir un sincretismo en que se funda y amalgame todo lo posible y lo imposible, pero si una voluntad de síntesis y de progresiva maduración frente a todos los antagonismos y contradicciones confesionales y religiosas, que tantas lagrimas y sangre han costado, a fin de que en vez de la guerra, reine la paz entre las religiones.[25]

Basta ya de pretender la verdad, basta ya de luchar por sobreponerse al otro para mostrar mayor verdad de nuestra parte. Avancemos de la satánica actitud de rechazo a las otras religiones hacia la búsqueda del verdadero Dios de amor y dejemos de perder el tiempo tratando de demostrar que la nuestra es la religión verdadera o que la nuestra es la iglesia verdadera, pues entre mas luchemos por esto, mas rupturas le daremos al mundo y así contribuiremos al desmoronamiento total del mismo en vez de contribuir a lo que de verdad deberíamos contribuir que es la búsqueda de su sanidad.
Pienso que la actitud ecuménica de dialogo y firmeza si contribuiría a este santo fin: la búsqueda de una sociedad sana en la que todas las religiones y confesiones han contribuido antes que batallado

BIBLIOGRAFÍA

· CONESSA. Francisco. El problema de la verdad de las religiones. (WEB).

· COWARD. Harold. Una introducción al pluralismo en las religiones del mundo. México: Editorial Océano. 2002. 247 paginas

· GARCIA BAZAN. Francisco. Aspectos inusuales de lo sagrado. Madrid (España). Editorial Trotta. 2000. 251 paginas.

· GARRET. James Leo. Teología Sistemática –bíblica, histórica y evangélica – Tomo I. El Paso, Texas: Casa bautista de publicaciones. 1996. 725 paginas.

· KUNG. Hans. Proyecto de una Ética mundial. Madrid (España). Editorial Trotta. 2006. 174 paginas.

· LONG. Anthony. La Filosofía Helenística – estoicos, epicúreos y escépticos -. Madrid (España). Editorial Alianza. 1977. 215 paginas.

· LUCAS. Sahagun Juan Luis de. Fenomenología y Filosofía de la religión. Madrid (España): Biblioteca de Autores Cristianos. 1999. 215 paginas.

· RATZINGER. Joseph. Fe, verdad y tolerancia – el Cristianismo y las religiones del mundo -. Salamanca (España): Editorial Salamanca. 2005. 237 paginas.

· RIES. Julien. Tratado de antropología de lo sagrado (1). Madrid (España):Editorial Trotta. 1995. 373 paginas.

Citas:


[1] Esto no significa que esas sean las únicas implicaciones, solamente se han tomado esas dos como puntos claves para la discusión.
[2] Los últimos años debe entenderse aquí como la década de los noventa y lo que va corrido hasta el 2007
[3] Esta actitud ha sido adoptada especialmente por las confesiones Pentecostales, Neopentecostales y Carismáticas.
[4] COWARD. Harold. Una introducción al pluralismo en las religiones del mundo. México: Editorial Océano. 2002. pagina 11
[5] RATZNIGER. Joseph. Fe, Verdad y Tolerancia - El Cristianismo y las religiones del mundo -. Salamanca (España): Ediciones Sígueme. 2005. Pagina 104
[6] CONESA. Francisco. El problema de la verdad de las religiones. (esta cita debe mejorarse)
[7] DURKHEIM. Emilio. Las formas elementales de la vida religiosa. Paginas 65. citado en: SAHAGUN LUCAS. Juan de. Fenomenología y Filosofía de la religión. Madrid (España): Biblioteca de Autores Cristianos. 1999. pagina 93.
[8] Relativismo en Wikipedia la enciclopedia libre.
[9] Ibíd.
[10] En este punto sigo de cerca los comentarios del filósofo de la religión John Hick (filosofía de la religión. Uteha. 1965. 180 Págs.) y el doctor Joseph Ratizinger (fe verdad y tolerancia –el cristianismo y las religiones del mundo-. Ediciones Sígueme. 2005. en especial las paginas 106-108.) cuando presentan la diferenciación hecha por Emmanuel Kant al respecto.
[11] RATZNIGER. Joseph. Fe, Verdad y Tolerancia - El Cristianismo y las religiones del mundo -. Salamanca (España): Ediciones Sígueme. 2005. Pagina 107.

[12] Kant Critica de la razón pura Analítica trascendental
[13] presento aquí algunos de los principales representantes de esta posición con sus textos mas significativos al respecto: John Hick; An interpretattion of religion, Jacques Dupouis; hacia una teología cristiana del pluralismo religioso. Entre otros.

[14] RATZINGER. Joseph. Fe, verdad y tolerancia –el Cristianismo y las religiones del mundo -. Salamanca; España: Ediciones Sígueme. 2005. Paginas 46-47
[15] es importante la mención al estoicismo, pues esta escuela filosófica es la que sostiene una doctrina bastante elaborada del logos universal y muy posiblemente esta posición influenció a los patristicos
[17] LADD. George. A Theology of New Testament. P 251-252. Citado en GARRET. James. Teología Sistemática –Bíblica, histórica y evangélica- Tomo I. El Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones. 1996. Pagina 629
[18] LONG. Anthony. La Filosofía Helenística –estoicos, epicúreos y escépticos -. Madrid (España): Editorial Alianza. 1977. Pagina 146
[19] GARCIA BAZAN. Francisco. Aspectos inusuales de lo sagrado. Madrid (España): Editorial Trotta. 2000. Pagina 17.
[20] Ibíd. Pág. 18
[21] lo que estoy expresando con la idea del mundo que surge desde lo profundo de la tierra es la concreción del mito navajo del origen del mundo.
[22] Como se puede notar no propongo un nombre propio pues si lo identifico con nombre propio, inmediatamente lo estaría vinculando con la institución que lo ha nombrado de tal manera. Por ejemplo si lo llamo Yahveh, estaría diciendo que ese el nombre correcto que debe dársele, por tanto estaría atribuyendo la verdad al Judaísmo o al Cristianismo o si lo nombro Ala, sería igual y así con cualquiera de los nombres de las religiones, por eso prefiero dejarlo como la idea de un ser supremo
[23] ELIADE. Mircea. Fragmentos de un diario. Pagina 555. Citado en RIES. Julien (coordinador). Tratado de Antropología de lo sagrado – los orígenes del homo religiosus -. Madrid (España): Editorial Trotta. 1995. Pagina 17
[24] debe aclararse que Bultmann habla en otro contexto y además solo se preocupa por la Biblia, pero aquí haré extensiva la propuesta de Bultmann a todos los mitos de las religiones
[25] KUNG. Hans. Proyecto de una ética mundial. Madrid (España). Editorial Trotta. 2006. Paginas 123-124